lunes, julio 24, 2006

Mortal y rosa

» Hay que cuidarse el pelo. Todo yo me convierto en un guardapelo, en un guardabosques del bosque raleado de mi pelo. Pero el pelo se irá y tendré que convivir con un calvo desconocido, silencioso y feo.

¿Cómo he llegado a tener esta cara? Veo un niño rubio y ceñudo, en la litografía amarillenta del pasado. Veo un colegial de rostro blanco y como plano, en aquella foto escolar - postguerra, frío, escuela pobre, niños tatuados por el salvajismo de la miseria, la bola del mundo, el patio desconchado -, veo un adolescente presuntuoso, de pelo alto y ojos tristes. Ahora, el pelo que huye, la mirada rota, la nariz que se va redondeando y alargando al mismo tiempo, en la prematura avaricia de la muerte, la boca amarga, el rostro pentagonal, la sombra de la barba, los pómulos, todavía altos.

Es como si la vida hubiese querido tener primero un niño chino, y luego un adolescente pálido, y después cambiando de idea, un hombre miope, amargado y duro, porque hay una mano de sombra que va remodelando mi cara, moldeando mi expresión, haciendo y borrando bocetos sucesivos del que fuí, del que soy, del que seré.
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Francisco Umbral, Mortal y rosa

2 Comments:

At 8:52 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este es el último libro que he leído y que recomiendo a todo aquel que de antemano le guste la poesía o prosa poetica.

Fué escrito por Francisco Umbral en los años setenta, en un momento muy doloroso de su vida, cuando se murió su hijo de 5 años.

Altamente recomendable.
Muy bueno el fragmento, Dakota.

 
At 8:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

hay parrafos que se te clavan el alma,y te duelen a ti mismo. a mi me impacto mucho esta frase: "Mi hijo se ha dormido en lo mas profundo de sus zapatos y hay un reloj de pulsera fornicando en algun sitio con la eternidad"
tambien he leido el otro post que escribiste hace un tiempo sobre este libro de umbral. mucho mas triste si cabe que este post mas reciente.
me gustó tu blog =)

 

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