viernes, abril 21, 2006

...Kvaloya

Vino el que yo quería,
el que yo llamaba.
No aquel que a sus cabellos
ató la muerte.
El que yo quería.
Sin arañar los aires,
sin herir hojas ni mover cristales.
Aquel que a sus cabellos
ató el silencio.
Para, sin lastimarme,
cavar una ribera de luz en mi pecho
y hacerme el alma navegable.



- De las travesías del viento y el corazón -

1 Comments:

At 10:08 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cuenta siempre conmigo, siempre que quieras que forme parte de tu rompecabezas, se que nunca intentarás llenar nada más que tu corazón, talvez falten muchas piezas quizás no pero lo importante es que no lo dejes incompleto y te acuerdes de mi, que yo así lo hago...
REY

 

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